Los nuevos precios de registro son para el año inicial, después del cual se aplican los precios de renovación. Sin embargo, siempre puedes cambiarte a otro proveedor. Esta suele ser una buena opción, ya que los precios de transferencia pueden ser más baratos que los de renovación

AlpNames irrumpió en la escena del registro de dominios en 2013, ganando adeptos rápidamente por sus precios competitivos y su amplia selección de extensiones de dominio. Con sede en Gibraltar, AlpNames se posicionó como una opción para empresas y particulares que buscaban asegurar su espacio digital sin gastar demasiado. Con servicios como el registro de dominios, el alojamiento web y los certificados SSL, la empresa parecía preparada para un futuro brillante, ya que abastecía a una amplia gama de usuarios atraídos por su asequibilidad y su enfoque sencillo.

En su punto álgido, AlpNames gestionaba más de un millón de nombres de dominio, un testimonio de su rápido crecimiento y popularidad. El atractivo de la empresa era evidente: ofrecía una opción sencilla y de bajo coste en un mercado a menudo dominado por alternativas más caras. Esto resonó especialmente entre las pequeñas empresas, las nuevas empresas y los inversores en dominios que buscaban formas asequibles de establecer una presencia en línea. Durante un tiempo, AlpNames prosperó con este modelo, labrándose una parte sustancial del mercado de registro de dominios y convirtiéndose en un nombre familiar entre aquellos que buscaban las mejores ofertas.

Sin embargo, la historia de AlpNames dio un giro brusco cuando surgieron problemas regulatorios. En 2019, la empresa cesó abruptamente sus operaciones, dejando a muchos de sus usuarios luchando por transferir sus dominios a otro lugar. El cierre puso de relieve un aspecto crítico del mundo del registro de dominios: detrás de los precios atractivos y los procesos de registro sencillos, el cumplimiento normativo y la estabilidad operativa son clave para el éxito a largo plazo. El repentino colapso de AlpNames sirvió como recordatorio de que, aunque los precios bajos pueden impulsar un rápido crecimiento, los cimientos deben ser sólidos para sostenerlo.

El auge y la caída de AlpNames son indicativos de lo rápido que pueden cambiar las cosas en el sector de los dominios. En un momento dado, una empresa gestiona más de un millón de dominios y goza de una gran popularidad; al siguiente, desaparece por completo. Para muchos, el repentino cierre fue una dura lección sobre la importancia de elegir un registrador que equilibre precios competitivos con el cumplimiento de la normativa y la fiabilidad.

La historia de AlpNames también subraya los retos más amplios en el panorama del registro de dominios. Se trata de un espacio que se mueve con rapidez, en el que las empresas compiten constantemente por su posición mediante recortes de precios, nuevas extensiones y un marketing agresivo. Pero, como demuestra AlpNames, la permanencia requiere algo más que el éxito inicial: exige una infraestructura sólida, un claro cumplimiento de la normativa y la capacidad de capear las presiones del sector.

Aunque AlpNames ya no forma parte del mercado, su legado perdura como caso de estudio de la volatilidad del sector de los dominios. Para los clientes, es un recordatorio de que deben mirar más allá del precio a la hora de elegir un proveedor. La historia de AlpNames es la de un rápido ascenso y una salida igual de rápida, lo que pone de relieve que en el mundo de los dominios no se trata sólo de salir adelante, sino de mantenerse.